ANIVERSARIO 30 AÑOS DE LARES CASTILLA Y LEON "RAICES QUE CUIDAN"17/10/2025
El 30 aniversario de Lares se convirtió en un homenaje a sus residentes y a sus equipos, pero también un punto de encuentro para los miembros de la federación y de quienes han pilotado la organización territorial desde el año 1995.

RAICES QUE CUIDAN: 30 AÑOS DE LARES CASTILLA Y LEÓN.
“Un servicio de calidad y de calidez”
Mariano se levanta a las ocho de la mañana. Desayuna en el comedor donde hay un microondas y todo lo necesario hacer pinitos en la cocina. Dice que su especialidad son las patatas con costilla, pero lo que allí prepara casi a diario es una ensalada con tomate, lechuga, cebolla y orégano. No sólo prepara la suya, sino la de Juan, un amigo al que vio nacer cuando él tenía solo ocho años. Le gusta pasear, se hace unos diez kilómetros y si por el camino se topa con algún níscalos, llena la cesta y los cocina. Mariano tiene 88 años y ha vuelto a Sotillo de la Adradra, Ávila, el pueblo que le vio nacer. Allí tiene amigos y familiares, así que los paseos siempre son en buena compañía. Las tardes las echa tranquilo, algo de lectura, su mayor vicio, televisión.
Ángel prefiere levantarse, desayunar y volverse a echar una siesta mañanera. Luego ya se pone en marcha. Es lo que le ha dado 27 años en soledad, elegida. Una vida errante por trabajo y por la que vivió en pensiones y pequeños apartamentos. A él no le gusta cocinar, así que prefiere dejarse llevar por las manos de quien guisa en Villarrín de Campos, Zamora. Da largos paseos, de diez kilómetros y suele hacerlo solo.
A Luis le hace los trajes una modista del barrio vallisoletano de La Rondilla. Lleva corbata y un gran sombrero. Es un hombre elegante, pero no fue siempre así. De hecho dice que su mujer le reñía mucho cuando le veía con jerséis roídos por el uso. Le gusta la bicicleta estática, pero ahora prefiere salir y patearse la ciudad. Luego vuelve y dibuja a carboncillo las joyas arquitectónicas de Valladolid o te recita con soltura y con una memoria prodigiosa un poema de José Zorrilla. Porque Luis es muy castellano y eso no es nada raro.

Así es la vida en las 87 residencias de mayores que Lares tiene repartidas por Castilla y León. Hogares sin sujeciones donde 4.500 profesionales cuidan con vocación y esmero a quienes ya forman parte de la extensa familia Lares. La Asociación castellano y leonesa de residencias de servicios y atención a los mayores cumple 30 años. Es la más joven del lugar, pero con una trayectoria intachable. Va más allá de la asistencia, respeta los derechos, la dignidad y las trayectorias de vida de cada uno de sus residentes. Puedes encontrarte un centro en un pueblo de la España despoblada de apenas 400 habitantes, y allí existe la misma filosofía de atención integral, personalizada y familiar que en un núcleo urbano de 300.000 vecinos como es Valladolid.
Esta asociación sin ánimo de lucro busca la atención excelente y por eso apuesta por una nueva forma de entender los cuidados de larga duración, con las conocidas como unidades de convivencia, hasta la concepción del centro como un espacio a ‘multiservicios’ con puertas abiertas, pero de abrazo cálido.

Un cumpleaños con historia y lleno de historias
El 30 aniversario de Lares se convirtió en un homenaje a sus residentes y a sus equipos, pero también un punto de encuentro para los miembros de la federación y de quienes han pilotado la organización territorial desde el año 1995. En ese año, fue el sacerdote José María Vega quien dirigió los primeros pasos de una asociación que hoy cuenta con 6.500 plazas residenciales en Castilla y León. En el acto conmemorativo a las ‘Raíces que cuidan’, celebrado en el espacio PRAE de Valladolid el pasado 26 de septiembre, tuvo un especial recuerdo a las entidades religiosas que inicialmente dieron vida a este proyecto que va más allá de los cuidados y de la asistencia.
Tomó el relevo Sor Ana Esther Miguel, quien recordó cómo le encomendó su antecesor, por sorpresa, que tomaría el testigo. “¡Mirad, aquí llega la nueva presidenta de Lares de Castilla y León!”. Le costó asimilarlo, porque la gestión que había hecho en Madrid distaba mucho de la que iba a acometer en Castilla y León donde los centros están diseminados por un territorio extenso. Sólo un ejemplo, uno de ellos está a 20 minutos de Bilbao, pero en territorio de Castilla y León. Así que nombró vocales en las nueve provincias. El gran desafío de Sor Ana fue la residencia de Sotillo de la Adrada, Ávila. Había que cerrarla, pero Sor es mucha Sor y en vez de eso, triplicó su capacidad. Eso sí, con todo el esfuerzo y con mucha insistencia. La aportación pública fue clave para mantener con vida una residencia en la que hoy Mariano puede cocinar los nícalos que recoge por su pueblo. Sor Ana tiene un brazo derecho y se llama Lucía, hoy es la coordinadora de Lares en Ávila. En Sotillo vive, cría a sus hijos, y puede trabajar. Porque Lares también tiene un compromiso con el empleo local.
Jorge Sainz es el actual presidente de Lares en Castilla y León. Lleva once años al frente de una asociación que sigue apostando por la formación de sus 4.500 trabajadores. Importan todos, desde la dirección hasta el pinche de cocina. Para todos hay formación encaminada a cuidar, más que a asistir. “Cuidar con calidad y con calidez”.
Y como ejemplo de lo que es la familia Lares, a la conmemoración no faltó el presidente nacional del grupo social Lares, José Luis Pareja Rivas, quien reconoció la labor de la organización territorial como referencia de cuidados a mayores en una comunidad con una gran superficie y con sus centros diseminados por él. Muy agradecido y con orgullo de pertenencia, emprendió los 600 kilómetros de regreso a su ciudad natal, Granada. Porque así es la familia, no hay distancia que separe.
Una celebración llena de risas, al tiempo que conmovedora. Los socios tuvieron la oportunidad de escuchar en primera persona el testimonio de vida de Irene Villa, un ejemplo de resiliencia y superación. Fue víctima de un atentado terrorista que prescribió sin culpables. Una bomba adosada a los bajos del coche de su madre se llevó por delante sus piernas, pero o sus ganas de luchar por la vida. Ante un público entregado al testimonio, Irene Villa animó a los allí reunidos a aceptar y caminar hacia delante, pero sobre todo a “perdonar, agradecer y confiar”.

Población dispersa y envejecida
Castilla y León es una de las regiones más envejecidas. Hay 223 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Zamora lidera el listado de las provincias con más población envejecida de toda España con un índice del 333 por ciento. En este caso, la población mayor de 64 años triplica a la de los menores de 16. Pero en Castilla y León no sólo se habla de envejecimiento, sino de un basto territorio, más de 94.200 kilómetros cuadrados y 2.248 municipios. Más del 80 por ciento con población inferior a los 5.000 habitantes y una cuarta parte de ellos con un centenar de vecinos. Eso da cuenta de la dispersión de la población, una dificultad añadida para llevar los servicios, y no digamos de calidad, hasta el último rincón del territorio. Y en esos rincones hay filosofía Lares. La que busca no sólo atender, sino cuidar. De ahí la importancia de estrechar lazos. La colaboración público-privada se hace imprescindible. Allí, donde a la administración le cuesta trabajo llegar, ahí hay un centro Lares.
Y es que además de los servicios de atención y cuidados a las personas mayores y en situación de dependencia, y de la formación de profesionales, Lares Castilla y León colabora con la Junta en la lucha contra la soledad no deseada. Concretamente, los centros residenciales de la entidad son puntos de encuentro donde se detectan y atienden casos de personas en esta situación.
El papel de la Junta de Castilla y León
Una celebración a la que se sumó la vicepresidenta y consejera de Familia e Igualdad de oportunidades de la Junta de Castilla y León, Isabel Blanco, quien aprovechó para ensalzar la labor de los centros Lares en la comunidad.
La Junta y Lares Castilla y León llevan tras de sí una larga trayectoria de trabajo conjunto. En 2023 firmaron un protocolo de colaboración para impartir formación específica y capacitación de los profesionales para la progresiva adaptación de los centros residenciales al nuevo modelo de atención. Desde esa fecha, la entidad ha impartido 27 cursos, en los que se han formado 800 profesionales, entre las personas que atienden a los mayores de manera directa y directores y gerentes de los centros.
